El presidente Donald Trump y su rival demócrata Joe Biden lanzaron ayer un esfuerzo final para asegurarse hasta el último voto en los estados en disputa tras una campaña marcada por la pandemia, la crisis económica y la profunda división en Estados Unidos.
Los cuatro estados que decidirán los comicios, de acuerdo con sitios web especializados, son Florida, Arizona, Wisconsin y Pensilvania, declarado éste último la “joya de la corona” y donde Trump amenaza con impugnar el resultado.
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Todas los caminos de la elección estadounidense conducen a Pensilvania, un estado considerado clave.
Trump apareció detrás de Biden en las últimas encuestas publicadas ayer, pero la carrera se considera tan cerrada en los estados decisivos que el republicano aún podría reunir los 270 votos necesarios para prevalecer en el Colegio Electoral que determina al ganador. Para llegar a la Casa Blanca, hay que ganar la mayoría de los grandes electores por estado.
Biden adelanta a Trump en los sondeos en Michigan (+5,1 puntos) y Wisconsin (+6,6 puntos), dos estados del norte de Estados Unidos donde el magnate republicano se impuso sorpresivamente hace cuatro años, lo que ayudó a su victoria.
Pero en Pensilvania, el liderato del demócrata es inferior, con cerca de 2.9 puntos de ventaja, cerca del margen de error.
Biden anunció que hará campaña en este estado el día mismo de las elecciones, algo que es legal en Estados Unidos pero que trasluce lo reñida de la contienda.
En Florida, el último sondeo del diario The New York Times/Siena dio a Biden tres puntos por delante de Trump, pero la encuesta de Washington Post/ABC News, dio la ventaja al republicano por 2 puntos.
En Arizona la situación se repite con una ventaja de un punto para Biden.
A nivel nacional, el portal especializado FiveThirtyEight da a Biden 90% de probabilidades de ganar, por 10% para Trump. Pero no da por perdido al magnate debido a la estrecho de la ventaja demócrata en esos cuatro estados.
Un día antes de que abrieran los colegios electorales, Biden urgió a los votantes a salvar "el alma de la nación", mientras que Trump se aferró a su nacionalismo más hostil y se perfiló como la opción antisistema.
En un acto de cierre de campaña en Pittsburgh, Pensilvania, Biden aseguró que solo falta un "día más" para que los estadounidenses muestren en las urnas su oposición a Trump, un presidente que, dijo, "no protegió a la nación" y "echó gasolina a los incidentes raciales".
Trump, por su parte, desestimó los resultados de las encuestas desde un Fayetteville, en Carolina del Norte, uno de los cinco lugares que visitó ayer.
"Veo esas encuestas falsas", afirmó. "Vamos a ganar", añadió ante la multitud que gritaba "¡Cuatro años más!".
En tanto, varios gobernadores pidieron refuerzos de la Guardia Nacional, preocupados por disturbios, mientras la Casa blanca y otros lugares en Washington fueron rodeados de vallas de alta resistencia.
La gobernadora de Oregon decretó estado de emergencia en Portland, de acuerdo con el Washington Post.
La Guardia Nacional informó que creó una unidad de respuesta rápida para movilizarse a cualquier estado, ante el peligro que Trump no acepte los resultados y ello desemboque en disturbios masivos.
Con información de Víctor Rico, AFP y EFE
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