El presidente Donald Trump asistirá el miércoles al despegue de una nave SpaceX con dos astronautas de la NASA que será el primer vuelo espacial tripulado en nueve años desde Estados Unidos, dijo el sábado la Casa Blanca.
Decidido a marcar una vuelta a la normalidad en su país tras meses de confinamiento por la pandemia de Covid-19, el mandatario fue a jugar el golf el sábado a su club en Virginia, cerca de Washington, por primera vez desde el 8 de marzo.
"Nuestro destino, más allá de la Tierra, no es solo una cuestión de identidad nacional sino una cuestión de seguridad nacional", apuntó el mandatario en el comunicado en el que anuncia su presencia en el lugar del estado de Florida donde se hará el lanzamiento espacial.
El despegue está previsto para el miércoles a las 16H33 locales (20H33 GMT) desde el centro espacial Kennedy.
Un cohete Falcon 9 de la empresa SpaceX, fundada en California por Elon Musk, transportará a la cápsula Crew Dragon, desarrollada por la compañía para la NASA, con la que acordó contratos por más de 3 mil millones de dólares desde la década pasada.
Los dos astronautas, Doug Hurley y Bob Behnken, llegarán a la Estación Espacial Internacional (ISS) 19 horas después del lanzamiento y permanecerán en ella durante varios meses.
Las condiciones meteorológicas podrían ser adversas el día del lanzamiento y la probabilidad de postergarlo es del 60%, según las previsiones publicadas el sábado por la base militar de Cabo Cañaveral, lindera al centro Kennedy.
Será la primera vez que astronautas estadounidenses despegan desde su país desde el cese de los viajes espaciales en 2011, tras 30 años de servicio.
A partir de entonces solo los rusos han dispuesto de un medio de transporte hacia la ISS y decenas de astronautas estadounidenses (y de otros países) han aprendido el ruso y han sido transportados por los cohetes Soyuz, partiendo del cosmódromo de Baikonur, en Kazajistán.
Desde 2000, la ISS es ocupada de manera permanente por estadounidenses y rusos.
Tras su llegada a la Casa Blanca, en 2017, Trump dio nuevo impulso a la NASA ordenándole que acelerara el retorno a la Luna en 2024, en lugar de 2028, como estaba inicialmente previsto, una meta de muy difícil cumplimiento que desató un enfrentamiento con la agencia espacial.
Este viaje lunar, bautizado Artemis, se hará con un cohete pesado (SLS) y una cápsula de amplia autonomía (Orion) totalmente diferentes a las desarrolladas por SpaceX para la ISS.
La empresa de Elon Musk se presentó a una licitación para el alunizador en el que se transportarán los astronautas estadounidenses que se posarán en el satélite de la Tierra por primera vez desde 1972.