Filipinas envió este martes dos barcos de la Armada para repatriar a unos 6 mil trabajadores emigrantes filipinos en Irak ante el riesgo de un posible conflicto armado en ese territorio entre Estados Unidos e Irán, a pesar de que la tensión se ha rebajado en los últimos días.
El presidente filipino, Rodrigo Duterte, acudió a la ceremonia de partida en la bahía de Manila hacia el Golfo Pérsico de los dos buques, el BRP Davao del Sur, un muelle de plataforma de aterrizaje que puede transportar hasta 500 pasajeros, y el buque patrullero BRP Ramón Alcaraz.
"Su misión principal, basada en la guía del presidente, es traer de vuelta a los filipinos afectados por la situación en Oriente Medio", señaló en la ceremonia el jefe de la Armada, el vicealmirante Robert Empedrad.
El Gobierno ordenó la semana pasada la repatriación obligatoria de unos 6 mil filipinos en Irak, después de que Estados Unidos matara en un ataque con dron en Bagdad al general iraní Qasem Soleimaní, e Irán lanzara misiles contra bases con estadounidenses en represalia.
Los buques filipinos cuentan con una tripulación de 130 personas cada uno, además de 100 miembros de élite de la Armada y equipos médicos a bordo.
Según Empedrad, la "única instrucción" del contingente es "la seguridad de la tripulación", por lo que todavía no se ha definido el lugar exacto donde atracarán los barcos en el Golfo Pérsico, adonde pueden tardar en llegar entre 16 y 22 días.
Empedrad explicó que el Departamento de Exteriores está todavía haciendo los trámites para conseguir la autorización diplomática.
Tres aviones de la Fuerza Aérea filipina están listos para volar a Oriente Medio cuando se les dé la señal, para transportar por aire a los filipinos en Irak hasta el puerto correspondiente.
El Gobierno de Duterte tampoco descarta repatriar a los filipinos que viven en otros países de Oriente Medio, donde se calcula que hay alrededor de 1.2 millones, si el conflicto entre Irán y Estados Unidos se extiende por la región.
Unos 10 millones de filipinos son trabajadores emigrantes en el exterior y el envío de sus remesas representa en torno al 10 % de la riqueza del país.
Los trabajadores filipinos en Oriente Medio enviaron a Filipinas 6.7 millones de dólares en remesas en 2018 y 5 millones entre enero y octubre de 2019, según datos del gobierno.