Toluca, México.- Hubo días previos quevisoraron la muerte a Adriana Esquivel. Hizo caso omiso y volvió abuscar a José Juan, su pareja sentimental, no tuvo otra opción,por el amor disfrazado que le prometía su homicida.
Adriana era madre de cinco hijos:tres mujeres y dos varones, buscaba después de nueve años unanueva relación, pero el 16 de mayo de 2016 fue asesinada en elcerro del Toloche de Toluca: allí fue hallada al siguiente día,sepultada en una tumba de piedras.
La historia de Anayatzin, halladamuerta el 8 de octubre de 2017, al interior de un clóset en eldomicilio de su exnovio Omar, ubicado en la colonia Lindavista,delegación Gustavo A. Madero de la Ciudad de México, presenta losmismos rasgos de muerte. Su voluntad fue quebrantada para luegoobligarle a morir. Actualmente, Omar es prófugo de lasautoridades.
Karina compartió el mismo destinode ambas, la jovencita de tan sólo 21 años de edad, desaparecióel 16 de septiembre y después de 17 días de búsqueda, el 3 deoctubre de 2017, sus padres la hallaron muerta en unos sembradíosubicados a unos 100 metros de su casa, en la comunidad de LaConcepción Enyege, Ixtlahuaca. Ese mismo día, la Policía deInvestigación de la Fiscalía estatal detuvo a Carlos, su exnovio,como único sospechoso de su muerte.
Para la doctora TeresaIncháustegui, en su trabajo Violencia Feminicida en México (2012pág.35), es un mito vivo que la gran mayoría de los feminicidiosen el país se generan al interior de una relación de pareja. Sinembargo también describe que el 42.6% de las agresiones en contrade la mujer, se da en la vía pública, en calles y parques,terrenos en abandono o sembradíos.
Estas características coinciden conlos casos de Adriana y Karina, quienes fueron halladas en lugaresajenos a sus domicilios.
En el análisis de los tres casos,se revela que el feminicidio de Adriana, Anayatzin y Karinacoinciden en tres factores comunes: el responsable de su muerte, laforma del homicidio y la forma del hallazgo.