"Bájate y arréglame eso", le ordenó el chofer a su ayudante para que agrediera a Josué. "Si lo vas a hacer, hazlo bien y en caliente", volvió a ordenar el operador, recuerda la víctima.
Josué perdió la noción cuando sintió clavarse la punta metálica en sus costillas. De lo poco que le viene a la memoria, es que el ayudante del chofer se le fue encima. Le clavó la navaja de 20 centímetros en el costado izquierdo, dejándolo tirado en el asfalto con la hemorragia interna, entre los pulmones y el intestino grueso.
Los hechos ocurrieron el martes pasado 20 de agosto en la avenida Sebastián Lerdo de Tejada, en la esquina con Benito Juárez en el centro de Toluca. Alrededor de las 21:00 horas Josué discutió con su agresor porque el camión se arrancó antes de tiempo y casi atropella a su esposa Rocío.
Ese día había acudido a la zona de Sendero a recoger a su esposa. En el cruce con Bulevar Aeropuerto habrían tomado la unidad 545 de la línea Intermetropolitano que va a la ENEF y San Antonio Buenavista.
Veníamos en el camión y pedimos la parada al lado de Cosmovitral, íbamos al cajero a sacar dinero para cenar, como una familia.Relata el joven de 25 años.
"Mi esposa no bajaba el último escalón, cuando se arrancó el camión y casi la atropella, yo reaccioné y le di unos golpes a la unidad para reclamarle. Se paró más adelante y nos fuimos a los golpes con el ayudante", dice Josué.
Fue en ese momento cuando ocurrió la agresión ante la mirada de transeúntes y justo debajo de las cámaras del C-4 de Toluca.
"Cuando se iba a bajar el chofer le dijo: hazlo bien, como diciendo mátalo, y el ayudante le dice: "¿neta?", recuerda Josué.
Instantes después, Josué cae al suelo y su esposa Rocío lo protegió para evitar que el agresor lo rematara.
"Nos dimos como siete golpes", describe Josué moviendo sus manos para asemejar la acción de protegerse. "Me aventó un golpe directo al pecho pero lo esquivé y fue entonces que me dio en la espalda por las costillas".
Acto seguido de la agresión, Josué permaneció tendido en el suelo sin moverse: "Ya ves, por calientito", le increpó al final su agresor.
Ante la crisis nerviosa Roció pidió auxilio a los transeúntes y una patrulla que estaba a lo lejos.
"La ambulancia tardó unos quince minutos en llegar, lo llevaron a un hospital de la ciudad", agrega Rocío sobre los hechos.
Al siguiente la pareja acudió a la base de camiones de Intermetropolitano por consejo del Ministerio Público. Sin embargo, no dieron con el chofer de la unidad 545 de esa noche, ni su ayudante.
"Nos dieron un número del encargado que nos dijo: ahorita yo investigo pero ya no contestó", recuerdan Josué y Rocío.
De acuerdo con su descripción el agresor fue un hombre de entre 18 a 20 años, un sujeto moreno, delgado y con el peinado hacia atrás con varias plastas de gel.
Era su acompañante porque venía gritando en todo el camino.
Reitera Rocío.
Jalder tiene 25 años y oriundo de la colonia El Seminario. Su oficio es vender plátanos en el crucero de Pino Suárez y Miguel Hidalgo. Padre de una niña de 11 y otro de nueve años.
"Todos me conocen como César en el crucero, es mi apodo, yo le vendo a los taxistas, a los automovilistas", asegura.
Al siguiente día de ser internado, pidió a su esposa que lo sacara, por falta de dinero.
"Por día te cobran cien pesos y para un estudio mil quinientos, de dónde lo saco", reprocha Josué. Requiere de al menos tres estudios, por lo que exige que las autoridades den con el responsable.
Al respecto, Juan Carlos Rojas Rojas, presidente de la línea Intermetropolitano, se deslindó del caso, aunque aseguró que si el chofer fue responsable apoyarán al lesionado tal como marca la ley.
"Nos deslindamos pero en caso de que haya responsabilidad, estamos en la mejor disposición de ayudar al Ministerio Público", sostuvo el empresario en entrevista telefónica para este diario.