Eloísa Cano mira la pantalla de su celular a diario a la espera de que los que desaparecieron a su hijo, o la Fiscalía del Estado de México (FGJEM), llamen. Lleva un año y siete meses en lo mismo, porque, dice, su hijo volverá.
"Sí, siente mi corazón que mi hijo volverá", responde Eloísa en un mensaje vía WhatsApp.
Un año y siete meses puede resultar un periodo corto, pero no para ella. Es madre de Brandon Guillermo Torres López, víctima de una desaparición forzada que ocurrió en Chapultepec, Estado de México.
"Con lo de la pandemia se quedó mi asunto sin ningún avance", reprocha Eloísa.
La Fiscalía mexiquense no le da ningún dato del vehículo, ni menos de los posibles raptores que se llevaron a Brandon el primero de febrero de 2019.
"Es como si se lo viera tragado la tierra", repudia la mujer en sus mensajes. No ha tenido paz desde hace un año y siete meses. Cuenta los días, como si contara los cumpleaños de su hijo.
"Yo pensaba que me iban a pedir dinero, pero tampoco han hablado", dice Eloísa, para referirse que al menos en una llamada habría certeza de la vida o muerte de Brandon.
Las visitas a la Fiscalía y en especial al Semefo, para reconocer cadáveres, hasta antes de la pandemia de Covid-19, era su rutina. Eso le quitaba la depresión por ratos.
El hecho
Es el primero de febrero de 2019, rozan las 14:00 horas. El camión de transporte del que descienden Eloísa, su esposo y su hijo Brandon Guillermo se detiene en un cruce de la carretera Santiago-Mexicaltzingo, frente a un motel, a unos 100 metros de su casa.
La familia apenas tiene tiempo de avanzar 20 metros cuando se escuchan tres palabras que aún zumban en la memoria de Eloísa. Le siguen tres disparos y el arrancón de un motor de camioneta que se pierde a la distancia.
"Sólo me acuerdo que nos siguieron dos tipos al bajar del camión.
Cuando volteamos sacan sus armas y nos gritan: '¡ya se los cargó la chingada!' y comienzan a golpear a mi hijo para llevárselo", narra
Es la escena que retrata Eloísa el día en que Brandon Guillermo Torres López, de 20 años, fue privado de su libertad en el municipio de Chapultepec. Se trató de un "levantón", como se define a los delitos que no tienen castigo en México.
Investigación
Sobre el caso, la Fiscalía estatal generó una carpeta de investigación bajo el número TEN/CAI/EAV/091/028468/19/02 y hasta un mes después de la desaparición, el 28 de marzo del año pasado se giró una alerta Odisea para acelerar la búsqueda de Brandon.
"No nos querían soltar la alerta, porque decían que estaba considerado como privación de la libertad y que si la giraban, la responsabilidad corría por mi cuenta si le hacían algo a mi hijo", recuerda Eloísa.
Además, los procesos burocráticos, que acostumbra la justicia en el país, obligaron a los padres de Brandon a acudir a diferentes ministerios públicos, por estar confundidos de la región que les competía.
El primero de febrero de 2019, Brandon fue privado de su libertad por unos sujetos a bordo de una camioneta.