Juan Daniel salió de Almoloya hacia Acapulco; su familia lo sigue buscando

Señalan que aparentemente fue detenido en medio de una balacera ocurrida en una zona de turísticas; sin embargo no descartan que sea víctima de una "desaparición forzada"

Filiberto Ramos | El Sol de Toluca

  · lunes 23 de agosto de 2021

Cortesía | familia Pompa Lozada

"Cuídate mucho", le pidió Gabina Lozada a su hijo Juan Daniel el pasado 9 de agosto, cuando habló por teléfono con él; Juan Daniel respondió que sí y colgó.

Fue una llamada a larga distancia. Gabina desde su casa en Almoloya de Juárez y su hijo en Acapulco, Guerrero, a donde llegó el domingo 8 de agosto para conseguir empleo reparando ventiladores y aires acondicionados.

Luego de eso, a Juan Daniel lo detuvieron y aparentemente lo desaparecieron; al menos es lo que no descarta su familia.

Desaparición forzada

Gabina Lozada ha escuchado 30 veces en 12 días que su hijo no aparece en ninguna lista del Ministerio Público, de la Cruz Roja o el Semefo. Le han repetido tanto que no existe en un itinerario de rutina, que pareciera que a su hijo "lo ha devorado la tierra".

La desaparición de Juan Daniel Pompa Lozada de 22 años de edad, ocurrió el pasado 10 de agosto en Caleta, en la zona turística tradicional del puerto.

Se sabe que fue detenido en medio de una balacera y por razones que hasta ahora las autoridades de ese estado, no han explicado a la familia Pompa Lozada. Pero Gabina insiste que es incorrecto, que las autoridades le han mentido y que la desaparición de su hijo, es forzada.

"Mi hijo no aparece por ningún lado, no está detenido, no fue trasladado", repite Gabina unas tantas veces más en una entrevista telefónica que declara para este diario.

El viaje

—Cuídate mucho, le dijo Gabina a su hijo.

—Sí, no te preocupes, respondió Juan Daniel.

—Si no encuentras nada, regrésate, pero cuídate mucho, insistió Gabina.

La expresión se la dijo por primer vez su esposa a Juan Daniel al salir de Almoloya de Juárez y se la volvió a repetir su madre, al siguiente día cuando se comunicó por teléfono para informar que ya estaba en Acapulco.

Juan Daniel estaba desesperado por trabajo, declara Gabina. Tiene una pequeña de tres años y la vida no se ha afianzado.

"Somos una familia humilde, él sabe todo de reparar ventiladores por eso se fue", explica Gabina.

El oficio de reparar ventiladores no podía fallar en Acapulco. Al menos esa reflexión la tuvieron en la familia Pompa Lozada.

Lo que no se contempló en que fallara fue el resto: la balacera, la detención y la desaparición de Juan Daniel.

Balacera en la playa

De acuerdo co reportes periodísticos, una balacera ocurrida en el acuario Mundo Marino dejó varios heridos y al menos tres detenidos. El hechos fue presenciado por turistas y civiles.

Los asegurados habrían sido una mujer y dos hombres, uno de ellos vestido con uniforme de policía.

Cecilia, hermana de Juan Daniel, añade que reconocieron a su hermano entre esos tres detenidos, aunque solo lo miraron de espaldas y sobre el suelo. Gabina es quien se aferra a que es él, su hijo, por sus facciones del mentón, la estatura y la ropa que vestía.

En la fotografía que halló Gabina en las redes sociales, se observa a Juan Daniel tirado al piso, bocabajo, rodeado de cinco policías vestidos en uniforme negro y otros en color beige. El joven viste playera azul marino y shorts color negro.

"El día miércoles por medio de la snoticias en el canal 4, nos percatamos que hubo una balacera (el martes) en Caleta en Mundo Mágico Marino a las dos de la tarde, posteriormente nos metimos a las redes sociales a buscar más información y ahí nos percatamos que habían detenido a varias personas y entre ellas aparecía el nombre de mi hermano Juan Daniel de 22 años", relató Cecilia.

Búsqueda

—Mi mamá junto con mi cuñada se fueron a buscarlo, precisa Cecilia.

En Chilpancingo el Ministerio Público les notificó que no había llegado nadie con ese nombre. Y que aparecían dos personas detenidas que habían mandado por lo de la balacera que se dió en Acapulco, pero ninguna de las dos se llamaba Juan Daniel.

Gabina y su nuera llegaron a Acapulco el día 15 de agosto, se han hospedado donde les da la noche. Son un par de mujeres con los bolsillos medidos de ingresos, que se han encontrado con puertas cerradas en cada Fiscalía de Guerrero a las que han acudido.

"No nos hemos movido de aquí, y tenemos miedo", revela Gabina. Deduce que la policía de Acapulco podría ser cómplice de la desaparición de su hijo.

Una pista negada

En la zona del centro de Acapulco, Gabina contactó a una policía que dijo tener rastro de su hijo. La policía con la que entablaron contacto, tenía la foto de Juan Daniel y reveló un detalle, el más certero hasta ese momento: Juan Daniel no había sido detenido.

"La comandante le mostró una foto de su celular preguntándole a mi mamá si el era su hijo y ella le contestó que sí, revela Cecilia.

En ambas fotografías, la que imprimió Gabina en un papel y la que le mostró la policía en su celular, Juan Daniel usaba la misma ropa: playera azul y shorts negro, la misma ropa que traía puesta cuando lo miraron tendido en el suelo con los policías encima.

—Lo vi sentado, recargado en algo, no distinguí si era arena o sobre el piso porque me la mostró por segundos, describe Gabina Lozada.

—Pero sí era mi hijo, insiste.

Según los relatos de la oficial, esta le había recomendado a Juan Daniel que se regresara a su casa, que incluso ella le prestaba el celular para hablar a su familia y dinero. Pero Gabina no cree nada de ese dicho.

—Ella le asegura (la policía) y super asegura a mi mamá que su hijo no estaba detenido, ni tampoco estaba herido.

A puerta cerrada

Gabina y su nuera recorrieron en tres días las oficinas de la Fiscalía regional de Chilpancingo y Acapulco, también las gavetas del Semefo y los hospitales.

Pero fue infructuoso. Ha sido burocrático. En México la desaparición de una persona se debe tramitar, como el requerimiento de un permiso o la solicitud de una licencia de conducir.

La desaparición forzada, es una búsqueda que inician las familias primero contra grupos del crimen organizado, luego contra las mismas instancias de gobierno, que niegan y ocultan información, alude Federico Mastrogiavanni en su libro "Ni Vivos ni Muertos".

Y el estado donde más ocurre, es Guerrero, donde desaparecieron 43 normalistas.

—De favor, páseme la foto, le inquirió en una llamada Gabina a la policía.

—Estoy en curso, luego se la paso, le respondió aquella.

El par de mujeres procuraron repartir papeletas con la foto del muchacho en los últimos días.

Acudieron a la Comisión de Derechos Humanos, porque se supuso ignorada por el resto de instancias.

En ese vaivén tuvo otro encuentro.

—La compañera que le dio informes, fue arrestaba 16 días, le informó otra policía a Gabina. El dicho la hizo sentir culpable.

Pero luego supo que esa afirmación era mentira, porque al día siguiente miraron a la policía en su oficina.

"Aquí lo mas raro es que la comandante no quiere mostrar la foto", reprocha Gabina, mientras su voz se quebranta al otro lado de la bocina. Está desesperada y tiene miedo.