Aunque han pasado siete años y existe una sentencia a su favor de Erick Ruiz, joven asesinado en Cuautitlán Izcalli en 2016, Erika Ruiz Mata, madre de la víctima, pide a la Fiscalía del Edomex que no cierre el caso y gire una orden de aprehensión en contra del segundo sospechoso del homicidio.
El 10 de abril el menor de 17 años habría sido asesinado y luego su cuerpo arrojado a una laguna en el municipio de Cuautitlán Izcalli; seis días después sus familiares hallaron el cuerpo flotando en la laguna.
“Desapareció un domingo, el 10 de abril de 2016, iba a jugar futbol, pero ya por la tarde no regresaba y salimos a buscarlo. Lo encontramos seis días después ahogado en una laguna que está a una hora de aquí de la casa”, relató Erika Ruiz.
A Erick lo habrían agredido un hombre mayor identificado como Eduardo “N”, ya sentenciado a 40 años de prisión y un menor identificado como Roberto Carlos “N”, quien en ese entonces era amigo de la víctima.
Erika dice que el día de los hechos acudió a la casa de Eduardo “N”, ahora sentenciado, y le preguntó por su hijo.
“Comencé a gritarle: Erick y salió Eduardo, me dijo, discúlpeme que no salga es que fuimos a la laguna y traigo los pantalones mojados.
Le pregunté que si había visto a mi hijo y dijo sí, fuimos a la laguna, pero nos agarró la patrulla pero él se corrió por los puestos porque no traía dinero para darle al policía”, testifica Erika sobre las primeras versiones que hubo en la desaparición de su hijo.
HALLAZGO
Los siguientes días la familia Ruiz continuó en la búsqueda del menor, por quien se giró una ficha, pero fue en los propios recorridos que realizó Erika que hallaron el cuerpo del adolescente.
“Mi mamá se acuesta en unos árboles y comienza a gritar: ¡aquí está mi niño! Corrimos a esa orilla y vimos que el cuerpo salió parado, no de lado”, señala Erika.
De acuerdo con el certificado de defunción del Servicio Médico Forense de la Fiscalía mexiquense, Erick falleció de asfixia por estrangulamiento, además presentaba diversos golpes en el cuerpo y presentaba un alto grado de descomposición al momento del hallazgo.
“Me dicen los forenses que mi hijo tardó media hora en morir”, añade Erika Ruiz.
Eduardo Linares Olivares, actualmente de 40 años, tenía 34 cuando asesinó a Erick. Y Roberto Carlos “N”, tenía 17, pero a él nunca lo detuvieron y al cumplir la mayoría de edad, la orden aprehensión en su contra expiró.
Erika Ruiz Mata tras siete años de la muerte de su hijo, ha solicitado a la Fiscalía mexiquense que el caso de su hijo se reabra y se gire una nueva orden de aprehensión en contra de Roberto Carlos “N”.
Asimismo, aseguró que la Fiscalía le ofreció una disculpa pública, pero lleva tres meses esperando a ser recibida por el fiscal, José Luis Cervantes.
“Llevo tres meses esperando a que me reciba el fiscal, lo único que le quiero pedir es que reabra el expediente de mi hijo, que no lo echen al archivo, porque aún falta detener al segundo culpable de asesinarlo”, pide la madre de la víctima.