Fernando Ortíz Ramírez era un profesor de 28 años con dos pasiones: la docencia y la música; de hecho era integrante de una rondalla, pero el miércoles 19 de febrero fue asesinado a bordo de una unidad del transporte público, cuando se dirigía a dar clases a una escuela de San Mateo Atenco.
Hoy su familia exige al gobierno estatal y a la Fiscalía General justicia que el caso no sea una cifra más y el homicidio no quede impune.
Este viernes fue el sepelio, el adiós al profesor que estudiaba su doctorado, y quien fue víctima de la delincuencia y la inseguridad en la entidad mexiquense. Ni siquiera llevaba una computadora, como se manejó inicialmente en los medios de comunicación.
Su hermano Raúl, en entrevista con este medio, advirtió que hay mucha indignación y tristeza en su familia, pero también la petición de que la gente denuncie: si alguien vio algo, si los comercios de la ruta tienen cámaras y grabaron a los presuntos responsables, la familia de Fernando les pide entregar las pruebas a las autoridades.
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“Indignación, me siento con mucha rabia, tristeza, todo porque no es justo y la verdad es que por desgracia le tocó a mi hermano, pero nadie está exento y el día de mañana podría ser cualquiera. Tengo sentimientos encontrados, no creo que sea justo y me siento impotente de que los criminales estén sueltos como si nada.
“Vivimos en un estado y en un país donde los índices de delincuencia son de los más altos, hay cuestiones que deberían ser prioritarias y muchas veces no es así; quiero evitar que quede impune, que se tomen todas las medidas que deberían porque desafortunadamente le tocó a mi hermano, pero puede ser cualquiera”.
Fernando tenía 28 años y cumpliría 29 el próximo primero de abril. No llegará a ese cumpleaños.
Ha sido despedido con amor y gratitud por su familia, sus alumnos y maestros de la secundaria 83 “Lic. Adolfo López Mateos”, quienes, a través de una carta difundida en redes sociales, recuerdan que tocaba la guitarra y sonreía, mientras los estudiantes cantaban con él.
Su hermano Raúl aclaró que no llevaba una computadora, como se dio a conocer inicialmente, solo documentos, pues aun cuando tenía su lap top, está descompuesta y él juntaba dinero para arreglarla.
A su hermano le cuesta trabajo creer que Fernando se haya resistido al asalto, como se ha mencionado, pues varias veces fue víctima de robos y prefería entregar lo material, antes de exponer su vida.
“Dicen que se opuso, lo cual no termina de caerme del todo porque a él en innumerables ocasiones lo asaltaron y no era de las personas que se oponían; al contrario. Lo material va y viene y sí cuesta mucho trabajo, pero la vida es algo invaluable, no cabe en mí esa idea que él se opuso”.
Hace unos 15 días le habían robado su celular, pero no camino a su escuela, aunque había escuchado por amigos que en esa ruta -camino a su trabajo- los asaltaban continuamente.
Al menos su hermano se enteró por los medios, pero no hay claridad en torno a cuántos asaltantes fueron y si hay indicios de ellos.
“Era maestro y estaba iniciando su doctorado. Me enteré por los medios y no me imaginé que había sido él hasta que me dieron la noticia, él era maestro, y junto con la música esa era su vocación: daba clases en una secundaria, él iba rumbo a su trabajo, no hay certeza de cuántos sujetos fueron, hay quienes hablan de dos o tres, a la vez siento que esto confunde y resta credibilidad, debió ser entre 5:30 y 6:00 de la mañana.
Algunas personas, dijo, han comentado que por la zona hay cámaras que pudieron grabar algo, por lo cual llamó a colaborar para dar con los responsables, a no tener miedo, a dejar la apatía y a empezar a cambiar las cosas, pues cualquiera puede ser víctima de la delincuencia.
“El llamado a las autoridades a que den con los responsables, comentaban que hay circuito cerrado en algunas zonas; la idea es presionar a las autoridades, que los comercios locales puedan colaborar, se habla de que no se denuncia por miedo, ahora fue mi hermano, pero puede ser cualquiera de nosotros. Hay que dejar la apatía y los miedos, hay que tratar de erradicar esto”.
El homicidio, que se da en el marco de la molestia por el aumento a la tarifa del transporte público en el Estado de México, es prueba, advierte Raúl, de un transporte caro e inseguro.
“Estoy muy molesto; no pueden saber cómo me siento, pero me llena de enojo esto del aumento porque ¿qué nos dan a cambio? para pedir primero tengo que dar; ese es mi enojo, cómo se atreven a hacer un aumento cuando la unidades ni siquiera están en óptimas condiciones”.
Pidió apoyarlos a presionar a las autoridades, a fin de que el homicidio de su hermano no se quede abandonado; que se haga justicia. Pidió a la gente unirse y no esperar a que le suceda algo similar a alguien cercano.
“Quiero que se haga justicia, que no sea un número más porque desafortunadamente estos casos pasan y no quiero que sea uno más y no sé si le tiene que pasar a alguien para darse cuenta de que el cambio se tiene que hacer ya. Tenemos que hacer algo, les pido su apoyo”, concluyó.