A poco más de seis meses del presunto feminicidio de Verónica Guadalupe Benítez Vega suscitado en la comunidad de San José del Vidrio, en el municipio de Nicolás Romero, familiares de la joven solicitaron justicia a las autoridades correspondientes para que resuelva el caso y se castigue al o los culpables.
Ayer a las afueras de las Fiscalía General de Justicia del Estado de México (FGJEM), previo a ingresar para entrevistarse con un Ministerio Público, explicaron a la opinión pública que han sufrido acoso y amenazas por parte de la familia del imputado.
Juana Isabel Benítez Vega y su padre, Jesús Benítez Estrada, quien portó algunas cartulinas con la imagen de Lupita, solicitaron a la Fiscalía no quede impune ese delito pues existen varios amparos de por medio aún por resolverse, en donde se pide haya una reconstrucción de hechos tras las declaraciones del imputado, un cateo del departamento en donde se perpetró el acto, en donde según testigos se vio al esposo y suegra; así como la exhumación del cuerpo de Lupita, quien recibió 17 puñaladas, las cuales le destrozaron el rostro y pecho, además de ser degollada.
Al momento, “no han hecho nada, no han querido investigar, que falta de compromiso y de ética, juegan con el dolor de uno, son casi siete meses del hecho y hay amparos”, expresó Juan Isabel.
Citó que el pasado 9 de noviembre era el cierre de investigación y el 21 de noviembre hubo audiencia pero la agente de ministerio público, Erika Arellano, no se presentó y fue sustituida por otro profesional.
Existen amparos vigentes ante el Poder Judicial que puede apoyar a las víctimas, recalcó la hermana, tras el cierre de investigación, viene el juicio y luego la sentencia, pero faltan más de 35 pruebas por resolver.
“Sólo pedimos justicia para mi hija, no pedimos nada más, le pedimos eso a la fiscal de feminicidios y al gobernador del estado”, indicó el padre.
El hecho sucedió el 6 de julio de 2017, se encontró muerta a la joven en su departamento; a la fecha, sostuvo, han sido acosados por familiares del imputado al decirles que sus acciones para resolver el caso no les van a servir de nada.
Reiteraron no debe de quedar impune la muerte de su hermana, quien tenía 21 años de edad, era estudiante de la UNAM, estaba casada con Luis Ángel, el imputado, y tenía un hijo.