Toluca, México.- “Más que ser una estudiante,me aterra ser mujer y vivir de la mano con la delincuencia”,describió Angélica, una alumna originaria de Xonacatlán que comodecenas de estudiantes tienen que trasladarse a diario a lasinstalaciones de la Facultad de Estudios Superiores de Iztacalaubicada en Tlalnepantla, donde la delincuencia lesha arrebatado hasta el orgullo de portar una bata blanca.
Exactamente a las 04:00 horas, su reloj despertador lograasustarle el sueño a Angélica, una estudiante de la FES Iztacalaque a diario se traslada de Xonacatlán a Tlalnepantla. Así hasido durante tres años en los que los asaltos, violaciones ymuertes la han puesto de la mano con la delincuencia.
“Me levanto diario a las 04:00 horas para tomar mi autobús alas 05:00 y de ahí después de subir y bajar autobuses, metro ymicros, llegar a clases a las 07:30 horas”, relató laestudiante, quien nunca imaginó lo que con el tiempo iba avivir.
Así, durante el primer año de esta rutina escolar llegó elprimer encuentro con la delincuencia, en un asalto que sufrió aescasos metros de la entrada a la FES Iztacala, “me acuerdo delprimer asalto, me subí a un camión donde iban unos tipos y nosasaltaron a todos los pasajeros”, platicó.
Ese asalto, subrayó, fue su primer encuentro con ladelincuencia, “después de ese suceso los asaltos se dispararonen el año 2016 y los hechos delictivos eran relatados y pasaban desalón en salón”, añadió.
Las historias delictivas iban desde que los delincuentes tomabana estudiantes de rehenes hasta entrar armados a un salón de clasesy despojar a todo -incluyendo al profesor- de sus pertenencias.
Esto alertó a las autoridades educativas y por lo mismocomenzaron a publicar comunicados para tomar las medidas deprevención y evitar ser víctimas de asaltos, “las llamadas dealerta iban dirigidas a siempre andar en grupo y evitar andarsolos, sin embargo, la falta de un control de entrada en la escuelaprovocaba que los asaltos no bajaran”, aseveró.
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De hecho, en un transporte especial para estudiantes, losdelincuentes también subieron y despojaron a éstos de suspertenencias, “obviamente estos asaltos cobraron la vida devarios estudiantes que generalmente se negaban a entregar suspertenencias y los mataban a sangre fría”, indicó laestudiante.
Ante la creciente inseguridad, las autoridades educativasdeterminaron prohibir a los alumnos de esta escuela vestir su bata,ya que eso era un indicativo de que eran estudiantes y por ellollevaban consigo una computadora y demás artículos de valor.
“Más que temerle a ponerme una bata blanca, me aterra que undía me puedan matar. Los asaltos, feminicidios y violaciones nocesan y eso es lo que me da mucho miedo, he aprendido a vivir conla delincuencia, pero temo mucho un día salir de casa y noregresar. Eso es un pánico constante que no me deja tranquila”,finalizó.
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